Lea el diálogo y responda:
—Salomé, tú eres de Bogotá, ¿no?
—Así es. Pura cachaca.
—¿Cachaca? ¿Qué es eso?
—Así se los llama a los bogotanos con padres y abuelos
que también nacieron en mi ciudad.
—Te lo pregunto porque pronto vamos a viajar a
Colombia y queremos ir allí.
—¡Qué bacano! Me alegro mucho por ustedes.
—¿Me recomiendas un par de sitios para visitar?
—Pues, oye, tienes que subir al cerro Monserrate para ver toda la ciudad, dar una vuelta por La Candelaria, que es el centro histórico, y visitar museos como el del Oro o el de Botero.
—Ay, sí, que a mí me encantan las pinturas y esculturas
de Botero. ¿Y para cenar, bailar y tomar unas las cañasBierecañas?
—Pa comer y rumbear están la Zona T o Usaquén. En esos lugares puedes disfrutar de la vida nocturna.
—Vale. Estoy loco por probar esa sopa típica que lleva pollo,
patatas y maíz.
—Ah, sí. El ajiaco. Y tienes que saborear nuestro tinto. Que no pienses que es un vino,
es un café negro largo.
En Bogotá
FÁCIL
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