Almería, anclada en el rincón sureste de España, deslumbrarhier: hinreißend sein, überwältigen; fig.: blenddeslumbra gracias a su cautivador/ahier: verführerischcautivadora luz mediterránea. Su alianza con el sol, con algo más de 3300 horas al año, dotar deausstatten,versehen mitdota a esta provincia de una asombrosa claridad. El visitante puede gozar del contraste entre el azul del cielo y el el (azul) añilIndigoblauañil de su horizonte marino, o distinguir los senderos de sus montañas a kilómetros de distancia. Aunque su mayor atractivo son sus 249 kilómetros de costa. Solo Cádiz, según datos oficiales, la superar en litoralan Küste (Küstenlänge) übertreffensupera en litoral.
La costa de Almería está jalonarkennzeichnen; prägenjalonada por más de cien la calakleine Buchtcalas paradisíacas, según la Guía de Playas del Ministerio de Medioambiente. El acceso a las calas puede ser fácil o complicado, por lo que conviene informarse antes de visitarlas. Estas pequeñas ensenadas se reparten desde Adra, localidad en el el extremo del ponienteder westlichste Punktextremo del poniente, hasta Pulpí, en el levante. Son las dos grandes áreas que dividen este territorio y que también marcan la la dirección del vientoWindrichtungdirección de sus vientos.
El Parque Natural del Cabo de Gata, con sus 65 kilómetros de litoral, es la zona más conocida de la costa almeriense, pero no es la única con atractivos. El pueblo de San José, perteneciente al municipio de Níjar, es el epicentro turístico del Cabo de Gata. A su alrededor encontramos localidades pintorescas y de indudablezweifelsfrei, fraglosindudable atractivo, como La Isleta del Moro, un pequeño pueblo de pescadores por el que no parece haber pasado el tiempo. Muy cerca, en Rodalquilar, vale la pena visitar las antiguas minas de oro y El Playazo, una playa de arena fina y dorada y aguas tranquilas, señas de identidad de todo el litoral almeriense.
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