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    Otavalo, el mercado artesanal de Ecuador

    AVANZADO
    Ecos Audio 5/2017
    Der Kunsthandwerksmarkt von Otavalo
    Von Alberto Andreo

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    Transcripción y extracto del texto Otavalo, el mercado artesanal de Ecuador

    Una plaza en medio de un pequeño pueblo a dos horas  al norte de la capital de Ecuador. Cientos de vendedores sentados, tranquilos, conversando entre ellos en el quichuaQuechua, indigene Sprache in den Andenländernquichua a la espera del turista. Niños corretearumherlaufen, herumtollencorreteando en un laberinto formado por montañas de mantas, ponchos, sombreros, chaquetas, camisetas o cualquier producto que pueda crearse tejiendodas durch Weben geschaffen werden kannque pueda crearse tejiendo.

    No importa que haga sol o que llueva. Los mismos vendedores visten lo que venden, es parte de su cultura, de la forma de ser que les ha llevado desde Otavalo a conquistar el mundo con sus los tejidos(hier) gewebte Stoffetejidos. El Mercado –o plaza– de los Ponchos es uno de los principales atractivos turísticos del Ecuador. Un bazar histórico en la ciudad de Otavalo que recibe, sobre todo los fines de semana, miles de turistas, internacionales o nacionales. Los visitantes se pierden por las callejuelas improvisadas creadas por los mismos puestos de los vendedores, mientras luchan por no tropezarse con los productos que se ofrecen por todas partes.

    En el mercado hay 99 “callambas”, puestos en forma de paraguas, construidos hace cuarenta años. Las callambas se ordenan de manera concéntrica y irse expandiendo en círculossich kreisförmig ausbreitense van expandiendo en círculos, hasta desparramarse(hier) sich ausbreitendesparramarse por las calles que salen de la plaza. Los vendedores más antiguos se encuentran en la parte central, son los primeros que comenzaron a vender susla prendaKleidungsstück prendas hace décadas. Los puestos ser heredado/ageerbt / vererbt werdenson heredados por sus familiares.
    En el centro de la plaza, en una de estas callambas, está Luzmila Iza Conejo, presidenta de la Asociación Interprofesional de el maestro(hier) MeisterMaestros y el operario(hier) ArbeiterOperarios de la plaza de los Ponchos desde hace ya cuatro años, aunque asegura que llevar ejerciendo alrededor de una décadaseit etwa einem Jahrzehnt tätig seinlleva ejerciendo alrededor de una década. Vestida con el el atuendoAufmachung, Aufzugatuendo típico de las mujeres otavaleñas, bajita y de pelo largo, oscuro y lacio/a(Haar) glattlacio, comenta que en los 99 puestos que ella controla trabajan alrededor de 2000 personas.

    Luzmila recibió su puesto heredado de sus padres, unos pioneros del mercado. “Yo siempre he trabajado acá”, dice, mientras a su alrededor revolotearumherflatternrevolotea su sobrino. Apoyada en unala pila de cobijasStoß Decken pila de cobijas, nos cuenta que las mantas de matrimonio son el producto que más vende. Cada una cuesta 28 dólares, y se fabrican en los alrededores de la ciudad.
    “Todo se fabrica en talleres en los alrededores de Otavalo”, remarcarhervorheben, betonenremarca orgullosa, mientras el olor a sopa, el cochino frito(SAm) gebratenes Schweinefleischcochino frito o el seco de pollo(ec.) Huhn in Zwiebel-Tomaten-Paprika-Sud gekocht, mit Reis, Kartoffeln oder Yukkaseco de pollo de los puestos de comida impregna todo el mercado.

    La parte gastronómica no es lo único que sumarse ahinzukommen zuse ha sumado al mercado en los últimos tiempos. Cuenta Luzmila que, al calor de la buena marcha de la feria, “otros indígenas, como peruanos, colombianos y venezolanos” han enriquecido la multiculturalidad del bazar.
    Desde su pequeña oficina en el centro del mercado, escondida tras unos tapices, la presidenta Iza Conejo controla los altavoces de la plaza, desde los que unas veces pone música, otras veces informa o llama a reuniones. Eso sí, se queja del poco gubernamentalseitens der Regierungapoyo gubernamental que reciben, y señala que la la iluminaciónBeleuchtungiluminación de la plaza correr por cuenta deSache sein voncorrió por cuenta de la asociación. Espera que las instituciones los ayuden “sobre todo con el el piso(hier) Fußbodenpiso”, que está muy rajado/a(hier) gespalten, gesprungenrajado y roto.

    A pesar de la tranquilidad que transmiten los vendedores, su el día a díaAlltagdía a día no es fácil. Cuenta Luzmila que la gente vinculado/a amit Verbindung zuvinculada a su asociación comienza a preparar sus puestos sobre las 3 de la mañana, en un el horario laboralArbeitstaghorario laboral que puede extenderse hasta las 5 de la tarde, “hasta que haya sol”, dice. Sin embargo, al darse cuenta de que los turistas se quedaban hasta más tarde, prolongaron el horario. Este fue el motivo de la instalación de la luz eléctrica en la plaza.
    A los extranjeros es fácil distinguirlos en la la marañaWirrwarrmaraña de callecitas y el toldoSonnendachtoldos del mercado, por su altura, su color, su idioma, sus cámaras de fotos y su ropa, que los protege del temiblefurchterregendtemible sol de este pueblo que supera los 2500 metros de altura. Luzmila se defiende en inglés, y dice que gracias a ellos van aprendiendo este idioma.


     

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